lunes, 31 de enero de 2011

LA HIDROSFERA: El agua de los mares y océanos.



   La masa de las aguas que cubren las depresiones de la corteza terrestre forma mares y océanos, que ocupan siete de cada diez partes de la superficie del planeta. Junto con los ríos y lagos forma lo que llamamos hidrosfera.
   Desde que se formaron, hace casi 4.000 millones de años, los océanos contienen la mayor parte del agua líquida de la Tierra. Su funcionamiento determina el clima y permite explicar la diversidad de vida que hay en nuestro planeta.
   Llamamos océanos a las grandes masas de agua que separan los continentes.

Movimientos en mares y océanos

   La enorme masa de agua que forma los mares y océanos de la Tierra está sometida a movimientos de diversa naturaleza, de forma parecida a como sucede en la atmósfera. El agua tiene menos densidad que el aire, pero más que la tierra.
   Se puede resumir estos movimientos en tres grupos: las olas y las mareas, que se perciben en la superficie, y las corrientes marinas, que discurren por el interior y que son de una gran importancia en la determinación del clima.

Las olas.-

   Las olas son producidas por los vientos que barren la superficie de las aguas. Mueven al agua en cilindro, sin desplazarla hacia adelante pero, cuando llegan a la costa y el cilindro roza con el fondo, inician una rodadura que acaba desequilibrando la masa de agua, produciéndose la rotura de la ola.



   Los movimientos sísmicos en el fondo marino producen, en ocasiones gigantescas olas llamadas tsunamis.

Las mareas.-

Las mareas tienen una gran influencia en los organismos costeros, que tienen que adaptarse a cambios muy bruscos en toda la zona intermareal: unas horas cubiertas por las aguas marinas y azotadas por las olas, seguidas de otras horas sin agua o, incluso en contacto con aguas dulces, si llueve.



Las corrientes.-

En los océanos hay también, corrientes profundas. En estas el agua se desplaza por las diferencias de densidad. Las aguas más frías o con más salinidad son más densas y tienden a hundirse, mientras que las aguas algo más cálidas o menos salinas tienden a ascender. De esta forma se generan corrientes verticales unidas por desplazamientos horizontales para reemplazar el agua movida.             


Las corrientes oceánicas trasladan grandes cantidades de calor de las zonas ecuatoriales a las polares. Unidas a las corrientes atmosféricas son las responsables de que las diferencias térmicas en la Tierra no sean tan fuertes como las que se darían en un planeta sin atmósfera ni hidrosfera.

LA HIDROSFERA: Las aguas continentales


 Las aguas continentales.
1.            Las aguas continentales superficiales.
2.            Las aguas continentales subterráneas.

Las aguas continentales son cuerpos de aguas permanentes que se encuentran sobre o debajo de la superficie de la Tierra, alejados de las zonas costeras (excepto por las desembocaduras de los ríos y otras corrientes de agua). Además, son zonas cuyas propiedades y usos están dominados por los acontecimientos de condiciones de inundación, ya sean estos permanentes, estacionales o intermitentes.
Algunas aguas continentales son ríos, lagos, llanuras de inundación, reservas, humedales y sistemas salinos de interior.
Existen 3 tipos que son los siguientes:


Superficiales
Son las aguas continentales que se encuentran en la superficie de la Tierra.
Subterráneas
Son las aguas continentales que se encuentran bajo la superficie terrestre. (por debajo del suelo).Eso quiere decir que pueden ser movedizas. El porcentaje de las aguas subterráneas es de un 20%.
Congeladas
El agua dulce que forma parte de los ríos y los lagos es escasa comparada con el agua dulce que se encuentra concentrada principalmente en las reservas de las regiones frías (69% del total), como las capas de hielo continentales, glaciares, y en forma de nieve o hielo.
Las aguas continentales superficiales.-


Los ríos.-
Un río es una corriente natural de agua que fluye con continuidad. Posee un caudal determinado, rara vez constante a lo largo del año, y desemboca en el mar, en un lago o en otro río, en cuyo caso se denomina afluente. La parte final de un río es su desembocadura. Cuando el río es corto y estrecho, recibe el nombre de riacho, riachuelo o arroyo.


Los lagos.-
Un lago (del latín lacus) es un cuerpo de agua dulce o salada, más o menos extensa, que se encuentra alejada del mar, y asociada generalmente a un origen glaciar. El aporte de agua a los lagos viene de los ríos y del afloramiento de aguas freáticas.
Los lagos de mayor tamaño se forman aprovechando depresiones creadas por fallas. Otros se forman por la obstrucción de valles debido a avalanchas en sus laderas o por la acumulación de morrenas glaciares. También se pueden formar lagos artificialmente por la construcción de una presa.
Humedales.-
Un humedal es una zona de tierras, generalmente planas, en la que la superficie se inunda permanente o intermitentemente, al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y dando lugar a un ecosistema híbrido entre los puramente acuáticos y los terrestres.
La categoría biológica de humedal comprende zonas de propiedades geológicas diversas: ciénagas, esteros, marismas, pantanos, turberas, así como las zonas de costa marítima que presentan anegación periódica por el régimen de mareas (manglares).


Las aguas continentales subterráneas.-

   El agua subterránea representa una fracción importante de la masa de agua presente en cada momento en los continentes. Esta se aloja en los acuíferos bajo la superficie de la tierra. El volumen del agua subterránea es mucho más importante que la masa de agua retenida en lagos o circulante, y aunque menor al de los mayores glaciares, las masas más extensas pueden alcanzar millones de km² (como el acuífero guaraní). El agua del subsuelo es un recurso importante y de este se abastece gran parte de la población mundial, pero de difícil gestión, por su sensibilidad a la contaminación y a la sobreexplotación.
Es una creencia común que el agua subterránea llena cavidades y circula por galerías. Sin embargo, no siempre es así, pues puede encontrarse ocupando los intersticios (poros y grietas) del suelo, del sustrato rocoso o del sedimento sin consolidar, los cuales la contienen como una esponja. La única excepción significativa, la ofrecen las rocas solubles como las calizas y los yesos, susceptibles de sufrir el proceso llamado karstificación, en el que el agua excava simas, cavernas y otras vías de circulación, modelo que más se ajusta a la creencia popular.

    Acuíferos

La diferencia entre la cantidad de precipitación y la cantidad de agua arrastrada por los rios se filtra bajo el suelo y forma los acuíferos. La filtración depende de las características físicas de las rocas. La porosidad no es sinónimo de permeabilidad, pues determinadas rocas como las arcillosas, aunque tienen una gran porosidad, son prácticamente impermeables ya que no disponen de conductos que se comuniquen.
Pozos y manantiales
   Un manantial es un flujo natural de agua que surge del interior de la tierra desde un solo punto o por un área pequeña. Pueden aparecer en tierra firme o ir a dar a cursos de agua, lagunas o lagos. Los manantiales pueden ser permanentes o intermitentes, y tener su origen en el agua de lluvia que se filtra o tener un origen ígneo, dando lugar a manantiales de agua caliente.
   Los pozos artesianos, donde el agua brota superficialmente como un surtidor, son el resultado de perforar un acuífero confinado cuyo nivel freático es superior al nivel del suelo. Cuando estas fuentes son termales (de agua caliente), se denominan caldas o termas.

domingo, 30 de enero de 2011

NATURALEZA Y PROPIEDADES DEL AGUA


El agua pura no tiene olor, sabor, ni color, es decir, es inodora, insípida e incolora. Su importancia reside en que casi la totalidad de los procesos químicos que suceden en la naturaleza, no solo en organismos vivos sino también en la superficie no organizada de la tierra, así como los que se llevan a cabo en laboratorios y en la industria, tienen lugar entre sustancias disueltas en agua.
   El agua, uno de los elementos más comunes de nuestro planeta, es una sustancia relativamente simple pero muy flexible. Una molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Esta estructura molecular tan simple le da al agua una serie de propiedades químicas y físicas únicas que la sitúan en la importante posición que ocupa para que la Tierra sea un lugar habitable. Los elementos básicos, hidrógeno y oxígeno, están unidos de manera que producen una fuerza de atracción entre las moléculas de agua, lo que se conoce como enlaces de hidrógeno. La propiedad más conocida de este tipo de enlace es la flexibilidad, que permite que el agua adopte tres formas muy diferentes —sólida, líquida y gaseosa— según la temperatura y la presión del aire a la que esté expuesta. Dentro de estas tres formas, el agua se presenta en una abundante variedad de maneras.



MOLÉCULA DE AGUA.

Una molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. El extremo de la molécula con los átomos de hidrógeno tiene carga eléctrica positiva, mientras que el otro polo tiene carga negativa. Esto provoca una atracción eléctrica entre las moléculas conocida como enlace de hidrógeno.






Las propiedades más notables del agua son:
1. El agua es la única sustancia que podemos encontrar en la Tierra de forma natural como gas (vapor de agua), líquido o sólido (hielo).


2. La densidad es la medida que nos dice cómo de compacta es una sustancia. Se define como la unidad de masa dividida por el volumen que ocupa. Normalmente los sólidos suelen ser la forma más densa de cualquier sustancia, después los líquidos y después los gases. Normalmente la densidad disminuye con el aumento de temperatura. Sin embargo el agua pura es una excepción a todo esto ya que alcanza su mayor densidad cuando se encuentra a 4ºC. Cuando el agua se convierte en hielo los puentes de hidrógeno le dan una estructura perfecta y ordenada que hace que sea menos denso que el agua líquida a bajas temperaturas y por eso el hielo flota sobre el agua.


3. El agua tiene un calor específico muy alto, lo que significa que se necesita mucha energía para aumentar su temperatura. Como la superficie de la Tierra está cubierta en un 71% por agua la energía que viene del Sol sólo produce cambios muy pequeños en la temperatura del planeta. El agua evita que la temperatura sea demasiado alta o demasiado baja y permite que pueda haber vida sobre la Tierra. El calor se almacena en el agua durante el verano y se libera durante el invierno. Los océanos actúan como moderadores del clima reduciendo las diferencias de temperatura durante las estaciones.


4. El agua también tiene un alto calor latente de evaporación, esto significa que hace falta mucha energía para evaporar el agua líquida.


5. Muchas sustancias se disuelven en agua fácilmente, así se permite el transporte de oxígeno, de dióxido de carbono, nutrientes y se hacen posibles los procesos biológicos.


6. Muchas sustancias se disuelven en agua fácilmente y son estabilizadas por los puentes de hidrógeno, así se permite el transporte de oxígeno, de dióxido de carbono, nutrientes y se hacen posibles los procesos biológicos.


7. Otra fuerza muy importante que refuerza la unión entre moléculas de agua es el enlace por puente de hidrógeno

martes, 25 de enero de 2011

EL CICLO DEL AGUA

El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo, nieve), líquido y gas (vapor de agua). Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra, etc. Sin embargo, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. La circulación y conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico, o ciclo del agua.









Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la Tierra ya tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme bola en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones. Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia.

El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del océano. A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es la condensación. Las gotas se juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso: es la precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo. Si es más cálida, caerán gotas de lluvia.
Una parte del agua que llega a la tierra será aprovechada por los seres vivos; otra escurrirá por el terreno hasta llegar a un río, un lago o el océano. A este fenómeno se le conoce como escorrentía. Otro poco del agua se filtrará a través del suelo, formando capas de agua subterránea. Este proceso es la percolación. Más tarde o más temprano, toda esta agua volverá nuevamente a la atmósfera, debido principalmente a la evaporación.
Al evaporarse, el agua deja atrás todos los elementos que la contaminan o la hacen no apta para beber (sales minerales, químicos, desechos). Por eso el ciclo del agua nos entrega un elemento puro. Pero hay otro proceso que también purifica el agua, y es parte del ciclo: la transpiración de las plantas.
Las raíces de las plantas absorben el agua, la cual se desplaza hacia arriba a través de los tallos o troncos, movilizando consigo a los elementos que necesita la planta para nutrirse. Al llegar a las hojas y flores, se evapora hacia el aire en forma de vapor de agua. Este fenómeno es la transpiración.

LA HIDROSFERA

Hidrosfera (del griego hydros: agua y sphaira: esfera) describe en las Ciencias de la Tierra el sistema material constituido por el agua que se encuentra bajo, en y sobre la superficie de la Tierra.



El agua que forma la hidrosfera se reparte entre varios compartimentos o secciones, que en el orden de mayor a menor volumen son:
- Los océanos, que cubren dos tercios largos de la superficie terrestre con una profundidad típica de 3.000 a 5.000 m.
- Los glaciares que cubren parte de la superficie continental. Sobre todo los dos casquetes glaciares de Groenlandia y la Antártida, pero también glaciares de montaña, de menor extensión y espesor, en todas las latitudes.
- La escorrentía superficial, un sistema muy dinámico formado por ríos y lagos.
- El agua subterránea, que se encuentra embebida en rocas porosas de manera más o menos universal.
- En la atmósfera en forma de nubes y vapor de agua.
- En la biosfera, formando parte de plantas y animales.
- La presencia del agua en la superficie terrestre es el resultado de la desgasificación del manto, que está compuesto por rocas que contienen en disolución sólida cierta cantidad de sustancias volátiles, de las que el agua es la más importante. El agua del manto se escapa a través de procesos volcánicos e hidrotermales. El manto recupera gracias a la subducción una parte del agua que pierde a través del vulcanismo.
En los niveles superiores de la atmósfera la radiación solar provoca la fotólisis del agua, rompiendo sus moléculas y dando lugar a la producción de hidrógeno (H) que termina, dado su bajo peso atómico, por perderse en el espacio. A la larga el enfriamiento del planeta debería dar lugar al final del vulcanismo y la tectónica de placas conduciendo, al asociarse con el fenómeno anterior, a la progresiva desaparición de la hidrosfera.



El agua migra de unos a otros compartimentos por procesos de cambio de estado y de transporte que en conjunto configuran el ciclo hidrológico o ciclo del agua.
La Tierra es el único planeta en nuestro Sistema Solar en el que está presente de manera continuada el agua líquida, cubriendo el 71% de su superficie.
La masa total de la hidrosfera es aproximadamente 1,4×1021 kg.
Composición
La hidrosfera incluye los océanos, mares, ríos, agua subterránea, el hielo y la nieve. Los océanos cubren aproximadamente tres cuartas partes de la superficie terrestre, con una profundidad promedio de 3.5 km, lo que representa el 97% del total de agua de nuestro planeta. En ellos se han encontrado al menos 77 elementos, siendo con mucho los más importantes el sodio y el cloro, que junto con el Magnesio y el bromo, son de los pocos que se explotan comercialmente a partir del agua de mar. En la actualidad, se supone que prácticamente todos los elementos están presentes en los océanos.
Aunque propiamente no del agua de mar, sino debajo de ella, del lecho marino del Pacífico central, cerca de las islas Hawai, se han iniciado las investigaciones para extraer nódulos de manganeso, Mn (del tamaño de una pelota de golf o una papa pequeña). Estos nódulos son una fuente renovable de minerales, ya que se forman a partir del manto al ritmo de entre 6 y 10 toneladas al año y contienen principalmente Mn y Fe, además de cantidades pequeñas de Ni, Cu, Co, Zn, Cr, U, W y Pb.
El agua dulce representa 3% del total y de esta cantidad aproximadamente 98% está congelada, de allí que tengamos acceso únicamente a 0.06% de toda el agua del planeta.
El agua se encuentra en la naturaleza en tres formas o estados diferentes:

-En estado sólido, como en el hielo, el granizo o la nieve.
-En estado líquido, como el agua que consumimos y el agua de los mares, ríos y lagos.
-En estado gaseoso, cuando forma las nubes o el vapor que sale del agua hirviendo.
Fuente: Wikipedia.org

miércoles, 5 de enero de 2011

ECLIPSE DE SOL 4 DE ENERO DE 2011

El 4 de enero pudimos observar en la región de Murcia un eclipse parcial de Sol. Este fenómeno se debe a la alineación del Sol, la Luna y la Tierra. Al interponerse la Luna, entre el Sol y la Tierra, la sombra que proyecta nos impide ver el círculo solar completo.
A orillas del Mar Menor, estas son las imágenes, secuenciadas por minutos, que pude captar con mi cámara.
















sábado, 1 de enero de 2011

4 enero 2011: ECLIPSE DE SOL PARCIAL

MUY IMPORTANTE:
La observación solar es muy peligrosa, más incluso si se trata de un eclipse. No se puede observar el sol a través de radiografías, cristales ahumados, vidrios de soldador ni cualquier método casero. Es imprescindible el uso de medios de seguridad homologados. En ningún caso debe observarse el sol directamente ni a través de ningún aparato óptico como telescopios o a través del visor de las cámaras fotográficas sin los filtros adecuados. La observación directa puede producir daños irreparables en la retina.

El próximo 4 de enero de 2011 tendrá lugar un eclipse parcial de Sol, que será visible desde casi todo Europa, gran parte de Asia y el norte de África. Se trata de un caprichoso fenómeno astronómico en el que la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, ocultando a nuestra estrella, en este caso sólo parcialmente. Será el primer eclipse del 2011 y desde España no podremos disfrutar de otro eclipse de Sol hasta finales de 2013.

El eclipse se podrá observar a lo largo de toda la península y nuestro Sol se verá ocultado en torno a un 57%. Sin embargo, cuanto más al noreste nos desplacemos, mayor será el porcentaje de Sol eclipsado. El máximo se producirá entre las 7:45 y las 8:00 y el eclipse finalizará a las 9:05 (UT (*)).